Como ya hemos visto en post anteriores, conectarnos con nuestras sensaciones y probar nuevas formas de ver y/o sentir nos proporciona más vitalidad.
Vamos a mirar a nuestro alrededor y coger el primer objeto que tengamos a mano. Da igual lo que sea, el móvil, un lápiz, la silla, un papel, una taza…. cualquier cosa que tengamos cerca.
Tócalo de una pasada y de manera rápida. Y sin volver a tocarlo piensa. ¿De qué sensaciones has sido consciente?
Vuelve a tocar con la misma mano pero esta vez de una manera más lenta y consciente.
¿Cómo ha cambiado la experiencia?
Te invito a que lo vayas haciendo a lo largo de estos días, no sólo con objetos, también cuando acaricias la carita de tus hijos o hijas, cuando coges de la mano a tu pareja, cuando abrazas…
Date pequeños regalos de presencia y consciencia y observa si se produce algún cambio.
¿Te animas a comprobarlo?