Lo que aprendí enseñando
PILATES…
Uno de los principios del Método Pilates, es la RESPIRACIÓN.
Es algo que se enseña desde la primera clase, aunque poco a poco se va integrando en los movimientos. La gran mayoría de las veces, cuando alguien da su primera clase de Pilates descubre dos cosas:
1.- Que tiene partes en el cuerpo que no sabía que existían,
2.- Que no respira o “no sabe respirar”.
En Pilates, más allá de la importancia de su respiración específica, aprendemos a respirar cuando nos estamos moviendo, pero sobre todo, aprendemos la gran importancia de la respiración cuando la cosa se pone difícil. En un ejercicio, cuando tu cuerpo se está retando al máximo y parece que no puedes más, la respiración es vital para poder ejecutarlo de la mejor manera o simplemente, para poder hacerlo cuando crees que es imposible.
¿Y qué es lo que he aprendido enseñando Pilates?
Que hacemos todo lo contrario, dejamos de respirar. Como si dejar de respirar nos ayudara a gestionar una emoción que se nos queda en el pecho. Y con la falta de respiración, empezamos a encogernos y a hacernos cada vez, un poco más pequeñitos.
Yo te animo a que abras la cafetera cuando cuesta, respirando.
A que cuando estás estresado delante del ordenador, respires y notes cómo cambia tu postura y tu cuerpo crece, consiguiendo ver con una mayor claridad.
A que cuando la preocupación te ciega o parece que la situación se te viene encima y no puedes más, te tomes un rato para respirar profundamente y notes cómo cambian los pensamientos en tu mente.
En definitiva, cuando se pone difícil… respira.
Porque no lo parece, pero a veces una buena respiración puede hacer lo imposible: posible.





